domingo, 2 de septiembre de 2012

Hola? (adolescente idiota)

Mi última entrada fué el 29 de abril. Me odio por estar en septiembre y admitirme que no mucho cambió desde ese entonces... y acá estoy, lamentandome otra vez por no tener la fuerza necesaria para parar algo que me consume todos los dias un poquito. Ojo, no puedo decir que nada cambió. Si cambiaron las cosas. Bah, creo que yo un poco cambié. Tuve mi preciado viaje de egresados, ¿qué puede ser igual después de bariloche?. 11 días con las personas que más quiero en este mundo. Nada podía salir mal. No había un día de mal humor. No había llantos. No te extrañaba. No. Bueno, un poco. Pero mínimo. Allá en bariloche los adolescentes somos felices porque nuestras preocupaciones no existen. Se desvanecen. Se quedan en Buenos Aires, junto a todo lo demás. Volvería a bariloche, me quedaría allá. Pero no, las cosas hay que enfrentarlas. Y acá estoy, vuelta de bariloche, con otro pensamiento respecto a casi todo. El primer mensaje importante que tomo del viaje es: los amigos son mágicos, no hay que dejarlos ir nunca. El segundo que no todo es tan malo como parece. Y el tercero que si le pusieramos toda la energía,alegría y buena onda que le ponemos a algo como bariloche a nuestra vida común y corriente, seríamos muchísimo más felices.
Me queda para decir que este mes cumplo mis esperados 18 años y que espero que con estos, me vengan muchas cosas lindas para seguir disfrutando aún más de este año. Besos a esos dos o tres que todavía me leen.

domingo, 29 de abril de 2012

Un poco de vos.

Quizás ayer tendría que haberte abrazado. Solo quizás. Quizás ahora estaría un poco mejor pensando en ese abrazo. He aquí el problema inicial. Quizás si yo no hubiera permitido que seas tan importante ahora todo sería distinto, no me estoy hechando la culpa, tampoco te la estoy hechando a vos. Estoy más dramática que nunca. Me puse a llorar escuchando Camila ¿Qué tan común soy ahora?. La conversación de hoy la empezaste con un "Me tenés harto" no pude hacer otra cosa que ignorarte, sabía a dónde iba la conversación, a planteos sin sentido, que terminan siempre en un "Te amo". Y me cansé de leerte, de escucharte, de verte, de quererte en fin como para ser enteramente sincera. Escribo como despidiendome, siempre lo hago, el día que realmente pueda decirte chau por ahí ni lo escribo. No creo tener que demostrar si supero o no las cosas a nadie más que a mi.
A veces la clave está en creer en uno mismo, he dicho.